Los estudiantes de 6to de primaria realizaron una práctica de laboratorio mediante la cual aprendieron que todos los seres vivos tienen ADN, incluso las verduras y frutas.

Tomaron como objeto de estudio al tomate. Para obtener su ADN, los estudiantes procedieron a triturarlo para liberar el contenido de las células de la membrana que cubre la piel de esta fruta. Luego, preparon una solución de agua, sal y jabón líquido con la que cubrieron el tomate triturado. Agitaron y filtraron la mezcla en un vaso limpio utilizando un papel de filtro para obtener un zumo limpio, el cual contenía los componentes del interior de las células, incluido el ADN. A continuación extrajeron con una jeringa 5 mililitros de este zumo y lo colocaron en un vaso pequeño. Con otra jeringa, añadieron alcohol frío al zumo limpio, deslizándolo poco a poco por la pared del vaso. Lo dejaron reposar algunos minutos hasta que el alcohol se quedó en la parte de arriba. Finalmente, en la zona donde se unieron el zumo y el alcohol apareció una nube blanquecina que correspondía al ADN.

De esta manera, nuestros estudiantes comprendieron que las plantas, incluidas las que sirven de alimento, como el tomate, están formadas por células que albergan el ADN, la molécula que contiene la información para que los seres vivos se desarrollen y lleven a cabo sus funciones.