La Compañía de Jesús, desde su fundación, ha apostado por la educación de niños y jóvenes bajo la perspectiva de una formación humana integral. En Piura, hace 61 años, esta tradición educativa se hace práctica en el Colegio San Ignacio de Loyola, que junto a 839 escuelas en 127 países forman parte de la gran red de COLEGIOS JESUITAS reconocida por ofrecer a sus estudiantes una formación de excelencia, reflexiva, crítica y responsable, orientándolos hacia una participación activa en la sociedad siendo Hombres para los demás. ¿Qué es lo que distingue a estas escuelas?

  1. Pedagogía basada en la experiencia

Los colegios de la Compañía de Jesús basan su práctica educativa en el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI) que tiene como objetivo enseñar a ser, enseñar a pensar y enseñar a aprender a través de los ámbitos científico-técnico y el humano-cristiano, de tal manera que los niños alcancen la excelencia académica, siendo autónomos, críticos y solidarios. Para ello se emplea una metodología activa, donde los estudiantes desarrollan el pensamiento crítico, planificando proyectos que los convierte en protagonista de su aprendizaje.

En el Nivel Inicial, esto se logra integrando distintas áreas académicas al desarrollo psicomotor, pues a esta edad los niños aprenden moviéndose y manipulando. En Primaria, la propuesta interdisciplinaria continúa, trabajando proyectos a partir de viajes de estudio a distintas localidades, abriendo el aula de clase a otros espacios y realidades. En Secundaria, se profundiza los conocimientos sobre la base científica, llevando la teoría a la práctica, comprobando y descubriendo nuevos aprendizajes. En todo este proceso es importante el desarrollo del hábito de la lectura, el razonamiento matemático, la enseñanza de los idiomas, las ciencias, las artes, la tecnología, el deporte y el cuidado de la naturaleza.

El objetivo final es alcanzar el MAGIS, es decir, el ideario ignaciano que lleva a los alumnos a ser más para servir mejor: líderes para la vida que ponen sus talentos al servicio de los demás.

  1. En sintonía con la realidad

Los colegios jesuitas somos conscientes de que vivimos en un mundo globalizado y de continuo cambio. Ello nos permite brindar un servicio educativo que vaya en sintonía con los nuevos contextos y las necesidades de nuestros estudiantes pues queremos que el día de mañana sean ellos los que marquen en ritmo de la sociedad. Actualmente, en el San Ignacio hemos incorporado la tecnología en aula, integrando las distintas áreas académicas a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Gracias a las TIC hemos trasladado la mecánica de los juegos al ámbito educativo. Con esa perspectiva, nuestros docentes han sido capacitados por el área de Innovaciones Tecnológicas para que por medio de distintos programas puedan crear sus propios juegos contextualizándolos a las áreas académicas que deseen desarrollar.

Además creemos que el aprendizaje de idiomas es muy importante en este contexto. Por ello contamos con un convenio con la Alianza Francesa para la enseñanza del francés a nuestros niños de Inicial, 1ero y 2do de Primaria. Asimismo, desde el 2017 se ha fortalecido el área de Inglés en todo el Colegio, gracias a un convenio de acompañamiento pedagógico firmado con la Universidad de Piura – Campus Lima, mediante el cual nuestros docentes se capacitan para mejorar metodología de enseñanza del idioma extranjero. Este año todos ellos se certificarán internacionalmente como docentes de Inglés para el próximo año preparar a nuestros alumnos para los exámenes de Certificación de la Universidad de Cambridge. Una apuesta que abrirá el horizonte de sus estudiantes.

  1. Liderazgo y formación humanística

Una educación al estilo jesuita forma hombres para los demás. Jóvenes con modos distintos de proceder teniendo como fin un mundo más justo, tolerante y solidario. Lo que implica formar hombres líderes, competentes académicamente, comprometidos con la transformación de sus entornos, compasivos con los más necesitados y conscientes de que las decisiones que tomen pueden beneficiar a los demás. De ahí que nos preocupamos por brindarles experiencias que los harán madurar como personas, como por ejemplo: convivencias de inserción social en caseríos de bajos recursos, talleres de liderazgo, debates, coloquios y campañas de solidaridad.

Todo ello es lo que configura la característica diferenciadora de la educación jesuita.

  1. Infraestructura adecuada

Nuestros colegios ofrecen espacios amplios para que nuestros niños se sienten libres, cómodos y seguros. En el San Ignacio contamos con diversos ambientes para acompañar el desarrollo integral de los procesos formativos, ya sean de índole académico, ecológico, deportivo, artístico o espiritual.

Entre los ambientes tenemos laboratorios de ciencia y cómputo, aulas con equipamiento multimedia y mobiliario adecuado, bibliotecas en aulas y una general, una piscina semiolímpica, canchas de fulbito y básquet, un extenso campo de grass, múltiples áreas verdes donde los alumnos elaboran sus proyectos ecológicos y de Plan Lector, un área de juego y aulas de psicomotricidad para los más pequeños, aulas-talleres para las actividades artísticas de danza, canto, pintura, cerámica y orquestina. Además de una Capilla y Oratorio para el encuentro íntimo con Jesús a través de la oración y Eucaristía.

  1. Un acompañamiento personalizado

Gracias a que contamos con personal altamente calificado, ofrecemos un programa de acompañamiento que integra el trabajo de los tutores, los coordinadores académicos, los psicopedagogos y los padres jesuitas, lo que permite el conocimiento pleno de la realidad de cada estudiante, sobre todo de aquellos con dificultades, para así fortalecer y mejorar sus aprendizajes y habilidades sociales, además de ayudarlos en el proceso de maduración de su fe.